viernes, 18 de octubre de 2013

Un año de esperanza y de amor

Josué Alejandro Benítez Ramírez no sonríe, aunque sus ojos grandes tienen un inusitado brillo. No entiende qué sucede, por qué tanto ajetreo, pero sí parece comprender la inmensidad del amor que recibe en un día tan especial, el reciente 3 de agosto, cuando cumple su primer año de vida. El sublime sentimiento hacia él no es solo de sus padres, abuela y restantes familiares; comparte grandeza con el de médicos, enfermeras y demás trabajadores del servicio de Terapia intensiva del Hospital infantil General Milanés, de la capital de Granma, donde está ingresado desde hace siete meses, y todos se han reunido para celebrarle el onomástico. Los globos multicolores y golosinas cambian el habitual ambiente de la sala, que comparte ahora su “verde” acostumbrado, los balones de oxígeno y otros modernos equipos con la decoración propia de un agasajo. El pequeño es el único hijo de la joven Doraisis Ramírez Maceo, residente en el reparto Rosa La Bayamesa, y técnica en Informática en la secundaria básica Vicente Quesada. “Todo aquí -reconoce Doraisis- se resume en una palabra: maravilloso, la profesionalidad y bondad del personal, no solo con mi niño, sino con todos por igual. “Ha sido asombroso lo sucedido, pues en qué otro lugar del mundo un hospital se transforma en un salón de cumpleaños sin desatender a los enfermos. Yo realmente no tengo ni tendré nunca con qué pagar tanto cariño y apoyo. TODOS SON NUESTROS La doctora Yamila Aguilar Jorge, jefa del citado servicio, habla con pleno dominio de la patología de cada paciente y lo define como “nuestro niño”. “Josué está aquí desde los dos meses de edad, primero tuvo un ingreso corto, con regreso a su casa, pero luego ya no pudo ir más, padece de un síndrome congénito llamado Artrogripósico y caracterizado por hipotonía muscular, es decir, músculos flácidos, sin fortaleza, por tanto tiene dificultades en su desarrollo sicomotor y hay afectación también en los músculos respiratorios, que le provoca no respirar espontáneamente y necesita de un ventilador artificial. “Fue ineludible practicarle una traqueotomía para garantizar una buena mecánica respiratoria y hacerle una gastrostomía con el propósito de alimentarlo directamente a través del estómago, pues tiene afectado el proceso de la deglución. “Para darle alta precisa de recursos con los que no contamos, un respirador artificial y una aspiradora, esencialmente. Reconocemos el favorable apoyo familiar que tiene. Nuestra disposición es atenderlo, cuidarlo y mejorar su calidad de vida”. SERVICIO DE EXCELENCIA La sala de Terapia intensiva posee 10 camas, nueve en el salón polivalente y una destinada al cubículo de aislamiento. Allí laboran 10 médicos y un personal de enfermería capacitado, pues todas son licenciadas y diplomadas en Terapia intensiva, lo cual garantiza, junto a su calidad humana, la prestación de un servicio óptimo. Cuentan, además, con un servicio docente acreditado, en el que se forman especialista en Terapia intensiva pediátrica, y por el que también rotan residentes de otras especialidades como la Terapia intensiva de adultos, Pediatría, Ortopedia, Neonatología y Anestesia, entre otras. “Se aprecian -dice Aguilar Jorge- favorables resultados en la morbimortalidad, independientemente de que tenemos durante todo el año una alta morbilidad, es decir, la sala llena de pacientes y manejamos muchos niños críticos. “Cada año disminuye el número de fallecidos, sobre todo, en el menor de un año, en un hospital clasificado como municipal en su organización, pero por su funcionamiento se comporta como provincial, y recibe en terapia a todos los pacientes neuroquirúrgicos granmenses”. Josué no tiene manera de exteriorizar sus sentimientos, pero percibe toda esa atención y cariño.

“Poner de moda la virtud”

En la tranquilidad de la noche sabatina irrumpen de modo agresivo las voces de cuatro jóvenes desentonando una canción sin pies ni cabeza. Son prácticamente adolescentes y ya desandan las calles al comenzar la madrugada, solos y embriagados. Con la osadía propia de la juventud, sazonada por los tragos, lanzan una botella vacía sobre la pared de una casa y profieren improperios sin justificación a los residentes en ella, y a vecinos que tratamos de controlar la situación. Esta es una de las indisciplinas sociales comunes en nuestros pueblos y ciudades, y a las cuales se suman agresiones a teléfonos públicos, ómnibus, coches de trenes, baños de terminales, parques, lámparas de alumbrado… Hace poco tiempo escuché en una reunión subrayar que para el pueblo de Granma deviene decisión irrestricta ganarle la batalla a las ilegalidades, indisciplinas y a la corrupción, y un llamado a cortar el camino a las causas que facilitan la ilegalidad, el delito y la corrupción. Tal afirmación trajo a mi mente dos frases de José Martí: “Hay que poner de moda la virtud”, “Donde el virtuoso se recata, el ambicioso vence”, porque institucionalmente todo está escrito, como se dice en el argot popular, pero qué de la ciudadanía, de cada uno de los granmenses, de esos que somos testigos de lo señalado y más, y les pasamos por el lado indiferentes, incapaces de “buscarnos un problema” al enfrentar lo mal hecho. Las disímiles indisciplinas sociales no son las únicas dañinas para el normal desarrollo económico y la tranquilidad ciudadana, pues también suceden con más frecuencia de lo debido, las manifestaciones de corrupción. Caen en ellas quienes hacen uso indebido de las facultades, servicios y bienes para la satisfacción del bien público o social, para obtener beneficios materiales o ventajas de cualquier clase y que tienen como base el engaño, el soborno, la deslealtad, el tráfico de influencias, el descontrol administrativo y la violación de los compromisos. El enemigo alienta y apoya la corrupción para promover sus mentiras acerca de la incapacidad del Estado socialista, y eso no se afronta con palabras, sino con hechos. Para nosotros, amén de cualquier otra definición al respecto, corrupción administrativa es la actuación contraria a las normas legales y a la ética por cuadros, dirigentes, funcionarios del Estado, el Gobierno y de otras organizaciones en el ejercicio de su cargo o en el desempeño de la función asignada, con pérdida de valores ético-morales, incompatibles con los principios de la sociedad cubana. Toda manifestación de indisciplina, desorden, delito o corrupción debe ser combatida con energía y sin excusa. Cualquier debilidad es inaceptable; debe haber un apego irrestricto a la Ley. Apostemos por la moral y la ética y luchemos sin tregua contra nuestros errores, debilidades y vicios, llevando por delante el ejemplo personal.

EL NOCIVO CAMINO DE LOS MEDICAMENTOS

-¡Arriba, coge la buena tira del Meprobamato aquí!, pregona el hombre junto a la heladería Amanecer, de Bayamo, como si fuera ajo, cebolla, ajíes u otros productos autorizados a vender por cuenta propia. Similares actos tienen lugar en la Calle 19, de Ciro Redondo, donde el señor entrado en años y de piel oscura anuncia el “buen mentol”, o en los repartos Pedro Pompa, Roberto Reyes, San Juan, El Cristo, Siboney, Camilo Cienfuegos y en El Valle, de la capital provincial, en los que resulta fácil encontrar a diversos precios frascos, blísteres (soporte de cartón con una lámina de plástico transparente para envasar fármacos) y tubos de medicamentos, además de paquetes de íntima. No es un asunto nuevo. Este peligroso negocio experimentó un alza con el período especial y aún existente. Conversamos con 33 residentes de uno y otro sexo, amas de casa, jubiladas y trabajadoras. Los problemas circulatorios de Olga la precisan a adquirir Penthoxifilina a 25 pesos el frasco, en tanto Raquel depende de la Dipirona para los dolores, “¿qué hacer, si a veces se desaparece y yo la necesito?”. Para Bartolo es esencial el Metocarbamol, “por eso lo persigo. En la farmacia nunca alcanzo, entra un ‘buchito’ y se queda casi todo detrás”. Yolanda dice que en el último mes casi se desaparecieron los revendedores de pastillas, porque “desde que se supo lo de Holguín, con un trabajo del periódico, la gente está más recogida, esperando que pase la furia”. FISURAS EN LA RED COMERCIAL De los ocho vendedores ambulantes con quienes contactamos, y hasta tuvimos que adquirir productos para llegar a ellos, uno afirmó que el Bálsamo analgésico procedía de Medicina Deportiva, aunque la etiqueta y la calidad son idénticas al expendido en farmacias; dos señalaron el origen de Domperidona y Metilbromuro de homatropina, de Medilip, y el resto de farmacias. Mildret Pérez, directora de la Empresa provincial de Farmacias y Ópticas, diseñada para la venta minorista de medicamentos, explica que los suministros les llegan a través de la empresa distribuidora Emcomed, eslabón entre los laboratorios de producción y las farmacias. Entre las irregularidades del mostrador hacia adentro citó, desde 2011 hasta la fecha, faltantes, vales de venta sin receta médica, desvío de fármacos para suministrarlos a terceros, talonarios de recetas en blanco y con cuño en poder de las dependientas…, principalmente en unidades de Media Luna, Jiguaní, Manzanillo y de Bayamo. “No somos ajenos a esas anomalías, estamos llamando a retomar con fuerza el Código de ética de los farmacéuticos, y ponemos en práctica el plan de acción para frenar esa situación, que incluye, entre otras, el reordenamiento de las comisiones Confianza, en las 134 entidades de farmacias y ópticas, monitoreo sorpresivo del funcionamiento de estas y de las unidades para detectar violaciones, chequeo de vales de venta de productos controlados contra certificados médicos archivados y presencia obligada del administrador en su recepción”. Yanela Batista Polanco, administradora de la farmacia Roberto Reyes, explica que estas utilidades se rigen por circulares que regulan el proceso de venta. “Por ejemplo, no se pueden despachar dos recetas de Meprobamato con el mismo nombre del paciente, tampoco más de 20 tabletas por recetas”. Incoherencias como recetas sin acuñar o ilegibles y sin especificar la especialidad o el diagnóstico, están en el libro de incidencias. “Quincenalmente, la directora técnica asiste a un comité fármaco terapéutico en el área del policlínico Jimmy Hirzel, al cual pertenecemos. Ahí exponen estas deficiencias, pero no recibimos respuesta de los análisis. Los problemas siguen”. Yanela opina que la dessectorización de los médicos por área no favorece el control. Aquí compraban los consultorios pertenecientes al policlínico mencionado, conocíamos la firma de los médicos, incluso su letra. Ahora es imposible. Marelis Pantoja Blanco, farmacéutica clínica del Hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, refiere que las principales vulnerabilidades se dan cuando fallece un paciente, dan de alta o trasladan a otra sala y hay sobrantes de medicamentos. Por ello, instauraron un sistema de devoluciones. Pese a las medidas, hasta la fecha les fueron ocupadas a enfermeras y personal de servicio soluciones de cloro, sueros, jeringuillas y agujas. Miriam Moreno Rivera, administradora de la farmacia El Golfo, también de Bayamo, explica que mantenerse a la vanguardia es posible por el trabajo conjunto con el Consejo Popular, el jefe de Sector y el DTI. “Sistemáticamente nos basamos en eso, aquí todo el mundo coopera. Nos buscamos problemas, pues los revendedores son rostros conocidos en la unidad y no les damos chance, las dependientas reciben amenazas, no obstante, lo que no está permitido no se puede hacer aquí”. INMOVILIZAR AL DELITO Encomed comercializa medicamentos, reactivos clínicos, medios diagnósticos, materias primas y productos dentales, en Granma, que luego son distribuidos en policlínicos, hospitales, hogares maternos, de ancianos, centros penitenciarios, bodegas en zonas rurales, del plan turquino y en farmacias. Yudit Arencibia Gálvez, su directora, refiere que materializan medidas para evitar desvíos. “Debemos actuar de conjunto si queremos resolver el problema. Es una cadena de tres eslabones principales, Encomed, médicos y farmacias”. Durante el mes de agosto, por ejemplo, se ocuparon en una farmacia de Bayamo 46 recetas en blanco, con cuño y firma, emitidas por 11 médicos, y 34 con nombre de medicamentos. También poseían, fuera del área de venta, Heberprán, Cefalexina, Mebendazol, Meprobamato, Lidocaína, Nistatina, Ketokonazol, Gentamicina, Amiorodona, Medazepán, Captopril, Prednisolona, Metilbromuro de Homatropina, Aspirina y termómetros. A los partícipes, incluidos los galenos, les fueron solicitadas medidas administrativas. En tanto, a un enfermero de Buey Arriba se le ocuparon 16 recetas de Sildenapril (viagra), emitidas por tres médicos, y 14 blíster del propio medicamento, con 140 tabletas, mientras se disponía a comprar en la farmacia de Jesús Menéndez, en Bayamo, para revender cada tableta, en Las Tunas, a 35 pesos. En una unidad de Jiguaní se detectó la venta ilegal de grandes cantidades de viagra. Acapararon 51 recetas con su vale de venta y 100 blísteres del medicamento, que luego vendían a 30 pesos. VALORACIONES Este asunto tiene innumerables denominadores comunes: es un asunto conocido por todos y enfrentado por pocos, visto desde una óptica más bien superficial, manejado por organismos de manera particular y no integrada, como precisa. Nos quedó claro que los eslabones de la cadena laboran por frenar la ilegalidad, pero dejan grietas, causantes de las vulnerabilidades constatadas, que son, incluso, el no verse como responsables directos, tanto es así que no fuimos recibidas en Medilip (Laboratorio Farmacéutico de Medicamentos Líquidos y Polvos) “porque -afirmaron- no se han dado casos asociados a la venta o tenencia ilegal de medicamentos aquí”, ni en la Fábrica de almohadillas sanitarias, primero por la espera de la aprobación del Ministerio y luego por estar “muy ocupados”. Todo está regulado al respecto, pero se aprecian violaciones como extender a centros laborales dentro de la ciudad la venta de medicamentos, incluso del cuadro básico, y sin receta, para cumplir los planes y no perder el 10 por ciento en el cobro de la estimulación. Apreciamos, igualmente, poco conocimiento de la población sobre el Código Penal, que en el artículo 230, del Capítulo X, concerniente a la especulación y acaparamiento, establece: “Quien adquiera mercancías con el propósito de revenderlas o retenga en su poder y transporte productos en cantidades injustificadas se sancionará con privación de libertad de tres meses a un año o multa de 100 a 300 cuotas, o ambas”. Evaluamos de muy pobre el enfrentamiento popular, por ser una vía utilizada para solucionar problemas de salud de muchas personas ante la inexistencia o poca duración de determinado medicamento en la red de farmacias, pero también lo es por parte de inspectores y de la Policía Nacional Revolucionaria, al resultar incomparable la cifra de detenidos y ocupaciones por tal figura delictiva en relación con lo existente en nuestras calles, lo cual conduce a la dañina impunidad. Los involucrados en tales violaciones deben sentir el peso de la ley. Conocemos casos en que el Órgano de justicia ha dado con lugar a la reclamación de algunos implicados y se mantienen en sus puestos de trabajo. Se deben diseñar otras estrategias en aras de eliminar las brechas en el suministro y comercialización de medicamentos, tanto en los servicios intra como extrahospitalarios, pero el protagonismo intransferible y principal en esta batalla seguirá siendo el del pueblo, para que el camino de los medicamentos jamás conduzca a estos ilegales vendedores particulares.