lunes, 24 de octubre de 2011

EPISTOLARIO

Cada día de vida es un libro abierto a la razón, la virtud y el aprendizaje, quizás por ello resultó tan aleccionador para mí el encuentro con una adolescente bayamesa de solo 13 años, Claudia Bárbara Castro Thomas, quien cursa el octavo grado en el centro mixto Mártires de Girón.
Allí hay 954 educandos de secundaria básica y preuniversitario, Claudia es una más de ellos, pero sobresale entre todos por la grandeza de su corazón al abrazar una causa tan humana y hermosa como la lucha por el regreso a la patria de los Cinco Héroes cubanos encarcelados injustamente en Estados Unidos desde hace más de una década.
Es alta, quizás demasiado para su edad, de piel negra, ojos grandes y límpidos, voz firme y clara, pero lo que más llama la atención en ella son sus razonamientos, sus sentimientos exteriorizados a cada momento y el apasionamiento y seriedad conque asume una tarea que ella se impuso.
Aprendí de ella, al escucharla hablar y leer sus cartas a Antonio Guerrero y a Barack Obama, que nunca debemos darle cabida al desánimo y que nada es totalmente imposible, siempre podemos.
Igualmente me aleccionaron su dedicación, su entrega absoluta, sus convicciones y esa gran confianza en sí misma.
Vale compartir de forma textual la respuesta ofrecida cuando le pregunté qué sintió al recibir la primera misiva de Antonio Guerrero:
Indescriptible, orgullo, emoción… me sentí privilegiada, feliz, el corazón comenzó a “galopar” tanto que asustaba, por recibir noticias de su puño y letra de uno de los luchadores antiterroristas cubanos. Al serenarme la leí una y otra vez, y luego la socialicé, primero con mi familia y después con los vecinos y compañeros de escuela. Dice en unos de sus párrafos:
Sus líneas llegaron a mis manos y me llenaron de alegría, cubanía y aliento. Mi respuesta es breve y simple, pero les recuerdo que jamás los olvidaremos. Cada amigo, cada pionero y joven que nos escribe y cumple con la Revolución, está cada día en nuestra resistencia y nuestro optimismo. Un abrazo fuerte ¡Venceremos!
“Ya estaba comprometida, por eso la correspondencia continuó, se hizo más sólida, y aunque me he carteado más con Antonio, le he escrito igualmente a los demás.”
Claudia tuvo la valentía de decirle Obama en su carta:
Tome la justicia de la mano y libere a los Cinco Héroes cubanos prisioneros injustamente en cárceles de su país, ellos no hicieron otra cosa que evitar actos de terrorismo que entristecieran a nuestro pueblo y llenaran de luto y dolor a nuestra Isla, como lo han hecho en otras ocasiones grupos extremistas cubano-americanos desde el sur de la Florida, Miami.
El cautiverio injustificado de los Cinco es una crueldad, que se ha prolongado por más de una década, violando sus más sagrados derechos como seres humanos.
Seguimos el caso de Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González y le recordamos Señor Presidente que el 27 de mayo de 2005 la privación de libertad de ellos fue declarada arbitraria por el Grupo de trabajo sobre detenciones arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.
Con todo el decoro libérelos ya, haga algo por ellos quienes merecen justicia y solidaridad, demuestre sus esfuerzos a favor de la humanidad y así justificará el Premio Nobel que le fue otorgado, si lo hace será un hombre de bien y altruista.
Esperamos no haga oídos sordos. Presidente Obama, los cubanos no aceptamos campañas mediáticas, vengan de donde vengan, ni manifiestos de intelectuales europeos para democratizar a Cuba que ya es democrática.

lunes, 17 de octubre de 2011

El prodigio de unas transformaciones

El rigor de los estudios trae a mi hija al “trote”, como decimos en buen cubano, y por lógica, a mí también, pues solo ahora nos percatamos de cuánto les falta a nuestros estudiantes para tener hábitos correctos de estudio, es decir, con sistematicidad e investigación.
Aunque no dejo de reconocer que llegaron como una espina incrustada en la garganta, así de golpe y porrazo, sobre todo para quienes están en grados terminales, las transformaciones en la educación cubana pueden catalogarse como prodigiosas en bien del futuro del país.
La falta de hábitos a que hacía alusión es uno de los resultados de la anterior metodología en la educación, que dividió los grupos a solo 20 alumnos, sustituyó los profesores por la teleclases, condensó a los profesores en todas las asignaturas y eliminó los exámenes finales,...
Ahora las cosas son muy distintas, el rigor es totalmente superior, y la calidad es el medidor por excelencia.
Por ello, aunque estamos vueltos locos en casa, apoyando a María Caridad en la confección de los trabajos prácticos y en la preparación para las pruebas de ingreso a la Educación Superior, bato palmas.
También los cambios nos hacen pensar con más detenimientos en las carreras a elegir y en el orden para solicitarlas.
Esta etapa trae a mi mente cuando cursaba el duodécimo grado, y me debatía en la decisión de optar por Periodismo o por Medicina, decidéndome por esta última, para a los tres años, hacer el cambio para la que hoy ejerzo.
Oajalá el esfuerzo tenga un final feliz, y el sueño de ver a mi adorada hija con su uniforme de Ciencias Médicas se convierta en una realidad.
Espero, dentro de unos seis años, que sea ella quien se ocupe de mi dentadura.

sábado, 8 de octubre de 2011

Sentimientos encontrados

En estos últimos días mis sentimientos se han estremecido.
Varias fueron las causas, todas de índole patriótica. A veces me pregunto si a todos los cubanos les pasa lo que a mí, que vibro ante las notas del Himno Nacional, ante la Bandera de la Estrella Solitaria, ante una canción de Silvio…
Este 6 de octubre fue el Día de las víctimas del terrorismo de Estado y el aniversario de la explosión de un avión civil de Cubana de Aviación cerca de Barbados, con 72 personas a bordo. Mi mente se remontó a a aquel día de 1976 y nuevamente escuché las palabras del Comandante en Jefe: “Cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla”.
Ayer 7, un sueño de todos se hizo realidad, aunque a medias, René González, uno de los Cinco cubanos prisioneros injustamente en cárceles de Estados Unidos, cumplió su sentencia tras 13 años de encierro.
A la salida del Penal lo esperaban sus hijas Irma e Ivette, su hermano Roberto y Cándido su padre, pues a Olga Salanueva, su esposa e Irma Sehweret, su madre se les ha negado la visa para entrar al norteño país.
Pero la alegría no ha podido de ningún modo estar completa, pues ese héroe deberá permanecer durante tres años más en libertad supervisada, sin salir de la Florida.
Esa realidad duele, sobre todo porque recuerdo nítidamente las palabras de Olga cuando la entrevisté en el 2004 (las dos participamos en un Evento Iberoamericano Mujer y Comunicación en La Habana): “Fue inolvidable y terrible aquel 12 de septiembre, pensé al principio que no soportaría el dolor, pero la valentía de él me dio fuerzas. He soñado mucho con su libertad, ese será el día más feliz de nuestras vidas…”
Hoy 8, hace 44 años, le cegaron la vida al Che, a ese hombre inmenso que trascendió la historia y el tiempo para convertirse en el ejemplo imperecedero de la juventud cubana.